Ayudar a quien nos rodea, resulta ser algo satisfactorio cuando se hace desde el corazón y más si hablamos de “Corazón sin Fronteras”, nuestra red de obras sociales que atiende a niñas y niños migrantes con un enfoque integral; en nuestra provincia cuenta con sedes en Maicao, en la frontera con Venezuela y en el barrio Santa Fe, en el centro de Bogotá; con la red de voluntarios de diferentes países se puede viajar, conocer y cambiar la vida propia y de otros mediante experiencias profundas que ayudan a la comunidad.
Maggie Pfeffer es una joven estadounidense enamorada de Colombia, país al que eligió venir por medio de la comunidad de Hermanos Maristas, para hacer una labor comunitaria en uno de los sectores vulnerables de Bogotá, el barrio Santa Fe, ubicado en la zona céntrica de la ciudad un sector donde encontramos una realidad emergente.
Maggie describe su voluntariado como una experiencia que le cambió la vida, pues fue más allá de sus expectativas, allí aportó a la creación de espacios donde el aprendizaje se volvió una doble vía, que la ayudó en su crecimiento personal y profesional.
Conoce su testimonio a continuación: