HERMANOS MARISTAS DE LA ENSEÑANZA

Fundación

  • 1817

La Congregación fue fundada el 2 de enero de 1817 en el pueblo de La Valla-en-Gier, departamento de Loira, Francia, por San Marcelino Champagnat (1789-1840), un sacerdote de la diócesis de Lyon que fue canonizado el 18 de abril de 1999 por su Santidad Juan Pablo II.

1817
1863

Formalización

  • 1863

La Congregación Marista fue aprobada por la Santa Sede en 1863 como Instituto autónomo y de derecho pontificio. El Vaticano respetando su nombre de origen le dio el de Hermanos Maristas de la Enseñanza (F.M.S.: Fratres Maristae a Scholis).

San Marcelino Champagnat

"Para educar hay que amar"

Provincia Norandina

San Marcelino Champagnat fue el fundador de la Comunidad de los Hermanos Maristas de la Enseñanza. Sacerdote francés, nacido en 1789 al inicio de la Revolución francesa, vivió en carne propia la situación calamitosa generada por la guerra y con la inspiración de Dios se decidió a fundar una comunidad de educadores cristianos dedicados de tiempo completo a la educación de los niños y jóvenes más necesitados.
La infancia de Marcelino transcurre en el pequeño pueblo de Marlhes ubicado en el centro-este de Francia. De su padre Juan Bautista y su madre María, hereda grandes valores que serán fundamentales al momento de lanzarse a cumplir sus sueños: amor al trabajo, devoción a María, espíritu de sencillez, confianza en Dios.
Tras ingresar al seminario menor en 1805 y ordenarse como sacerdote en julio de 1816, es nombrado el 12 de agosto de ese mismo año como vicario parroquial en el pueblo de La Valla-en-Gier, una población de 2000 habitantes dispersos en múltiples y lejanas aldeas por las faldas de la cadena montañosa del Pilat en el Macizo Central francés.
El Padre Champagnat inicia oficialmente su apostolado el día 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María. Pronto transforma totalmente la parroquia: predica, visita a los enfermos aún de las aldeas más alejadas, hace la catequesis a los niños, implanta la práctica del mes de María, distribuye libros para extender las buenas lecturas, combate el trabajo en domingo, las borracheras, los bailes.
El 28 de octubre de 1816, es llamado de urgencia a la alejada aldea de Les Palais para asistir en su lecho de muerte al joven de 16 años Juan Bautista Montagne. Es entonces cuando se da cuenta de que este joven nunca ha oído hablar de Dios. Al día siguiente, cuando regresa para contarle sobre Dios, descubre que el joven ya falleció. Esto lo decide a poner en práctica inmediatamente su proyecto de HERMANOS para la evangelización a través de la educación infantil y juvenil.
Marcelino inicia su proyecto con un ex granadero del ejército de Napoleón, Juan María Granjon, de 23 años, a quien debe enseñarle a leer. Al poco tiempo se le añade Juan Bautista Audras de 15 años. El Padre Champagnat los instala en una casita alquilada: es el 2 de enero de 1817 fecha del nacimiento de la Congregación de los Hermanos Maristas. El Fundador decide dar el nombre de Hermanitos de María a estos jóvenes (Petits Fréres de Marie), en honor de la Santísima Virgen en quien ha depositado toda su confianza.
En noviembre de 1818 funda la primera escuela en su pueblo natal, Marlhes; al año siguiente en su parroquia, La Valla. En adelante, los pedidos de nuevas fundaciones se harán tan perentorios que, en el lapso de 22 años, deja a su muerte 48 escuelas fundadas donde se educan unos 7.000 alumnos. María bendice igualmente su congregación con abundantes vocaciones. En el mismo lapso, Champagnat deja 280 Hermanos, más 49 que ya habían fallecido, y 92 que se habían retirado. Marcelino fallece el 6 de junio de 1840.
En tan pocos años, Marcelino Champagnat se prodiga sin medida: forma a los Hermanos religiosa y pedagógicamente, funda y visita las escuelas, construye cerca de Saint-Chamond el vasto noviciado de Notre Dame de L'Hermitage (trabajando personalmente como albañil y carpintero), atiende la administración de lo temporal (con grandes problemas financieros), gestiona ante las autoridades de París la aprobación legal de su Instituto, entrevista a obispos, sacerdotes, alcaldes y otras autoridades civiles para asentar sus fundaciones escolares. Esta febril actividad se une a su gran espíritu de mortificación: viaja a pie o a caballo, ayuna con frecuencia días enteros para poder celebrar la misa, reza de noche y lleva la contabilidad y la correspondencia después de que todos se retiran a descansar.
No es de extrañar que, a pesar de su fuerte constitución campesina, su salud se quebrantara. Desde una fuerte caída en su salud a fines de 1825, arrastró durante 15 años, hasta su muerte, una gran debilidad de estómago que, amén de fuertes dolores, lo obligaba a privarse a menudo de todo alimento pues le resultaba intolerable. Añádase a esto las múltiples contrariedades, sobre todo en los comienzos de su obra, pues hasta sus colegas sacerdotes lo tildaban de orgulloso, de obrar por vanidad de ostentar el título de fundador; hasta lo consideraron loco y falto de toda prudencia (incluso su confesor y director espiritual lo abandonó). Ciertamente, considerada desde el solo espíritu humano, su acción no podía menos de sorprender y escandalizar. Pero Marcelino Champagnat era hombre de fe y de una profunda humildad. Puso toda su confianza en Dios y en María a quien llamaba Nuestra Buena Madre, y cuando - con la venia de sus superiores los Obispos - juzgaba que se trataba de la voluntad de Dios, nada ni nadie podía detenerlo.
En el campo educativo, Marcelino Champagnat fue un pionero pues siempre estuvo abierto a lo nuevo que fuera más eficiente. Adoptó el método simultáneo-mutuo de enseñanza, zanjando así la polémica entre el método llamado de los Hermanos (de la Salle) y el método sajón o Lancasteriano. Adoptó igualmente un nuevo método de lectura, el fonético-silábico, en remplazo del tradicional del deletreo. Introdujo la enseñanza del canto en la escuela, la educación física, la teneduría de libros y la agrimensura. Introdujo igualmente el catecismo mariano, hizo practicar la disciplina preventiva y prohibió todo castigo físico. Decía: "Para educar hay que amar" y este es el lema de los educadores Maristas en todos los países del mundo.
La Iglesia Católica ha visto en Marcelino Champagnat el modelo de educador para los tiempos actuales y por ello decidió exaltarlo con la CANONIZACION de sus virtudes el 18 de Abril de 1999, fecha en la cual el Papa Juan Pablo II lo proclamó en Roma como el Santo educador ejemplo de la humanidad para nuestros tiempos. Para los colegios y obras Maristas de todo el mundo este acontecimiento fue motivo de gran regocijo y un estímulo muy grande para proseguir en la labor educativa que llevamos adelante.
Nacimiento
Infancia
Ordenación
Servicio
Vocación
Desarrollo
Primera Escuela
Contribución a Gran Escala
Retiro
Legado
Canonización

Organigrama Provincial

Consejo Provincial

Hermanos Jubilares

Hermanos Jubilares 2018
Hermanos Jubilares 2016
Hermanos Jubilares 2014
Hermanos Jubilares 2019
Hermanos Jubilares 2017
Hermanos Jubilares 2015
Hermanos Jubilares 2013

Hermanos Fallecidos

San Marcelino Champagnat

INFANCIA

La infancia de Marcelino transcurre en el pequeño pueblo de Marlhes ubicado en el centro-este de Francia. De su padre Juan Bautista y su madre María, hereda grandes valores que serán fundamentales al momento de lanzarse a cumplir sus sueños: amor al trabajo, devoción a María, espíritu de sencillez, confianza en Dios.

ORDENAMIENTO

Tras ingresar al seminario menor en 1805 y ordenarse como sacerdote en julio de 1816, es nombrado el 12 de agosto de ese mismo año como vicario parroquial en el pueblo de La Valla-en-Gier, una población de 2000 habitantes dispersos en múltiples y lejanas aldeas por las faldas de la cadena montañosa del Pilat en el Macizo Central francés.

SERVICIO

El Padre Champagnat inicia oficialmente su apostolado el día 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María. Pronto transforma totalmente la parroquia: predica, visita a los enfermos aún de las aldeas más alejadas, hace la catequesis a los niños, implanta la práctica del mes de María, distribuye libros para extender las buenas lecturas, combate el trabajo en domingo, las borracheras, los bailes.

VOCACIÓN

El 28 de octubre de 1816, es llamado de urgencia a la alejada aldea de Les Palais para asistir en su lecho de muerte al joven de 16 años Juan Bautista Montagne. Es entonces cuando se da cuenta de que este joven nunca ha oído hablar de Dios. Al día siguiente, cuando regresa para contarle sobre Dios, descubre que el joven ya falleció. Esto lo decide a poner en práctica inmediatamente su proyecto de HERMANOS para la evangelización a través de la educación infantil y juvenil.

DESARROLLO

Marcelino inicia su proyecto con un ex granadero del ejército de Napoleón, Juan María Granjon, de 23 años, a quien debe enseñarle a leer. Al poco tiempo se le añade Juan Bautista Audras de 15 años. El Padre Champagnat los instala en una casita alquilada: es el 2 de enero de 1817 fecha del nacimiento de la Congregación de los Hermanos Maristas. El Fundador decide dar el nombre de Hermanitos de María a estos jóvenes (Petits Fréres de Marie), en honor de la Santísima Virgen en quien ha depositado toda su confianza.

PRIMERA ESCUELA

En noviembre de 1818 funda la primera escuela en su pueblo natal, Marlhes; al año siguiente en su parroquia, La Valla. En adelante, los pedidos de nuevas fundaciones se harán tan perentorios que, en el lapso de 22 años, deja a su muerte 48 escuelas fundadas donde se educan unos 7.000 alumnos. María bendice igualmente su congregación con abundantes vocaciones. En el mismo lapso, Champagnat deja 280 Hermanos, más 49 que ya habían fallecido, y 92 que se habían retirado. Marcelino fallece el 6 de junio de 1840.

CONTRIBUCIÓN A GRAN ESCALA

En tan pocos años, Marcelino Champagnat se prodiga sin medida: forma a los Hermanos religiosa y pedagógicamente, funda y visita las escuelas, construye cerca de Saint-Chamond el vasto noviciado de Notre Dame de L’Hermitage (trabajando personalmente como albañil y carpintero), atiende la administración de lo temporal (con grandes problemas financieros), gestiona ante las autoridades de París la aprobación legal de su Instituto, entrevista a obispos, sacerdotes, alcaldes y otras autoridades civiles para asentar sus fundaciones escolares. Esta febril actividad se une a su gran espíritu de mortificación: viaja a pie o a caballo, ayuna con frecuencia días enteros para poder celebrar la misa, reza de noche y lleva la contabilidad y la correspondencia después de que todos se retiran a descansar.

RETIRO

No es de extrañar que, a pesar de su fuerte constitución campesina, su salud se quebrantara. Desde una fuerte caída en su salud a fines de 1825, arrastró durante 15 años, hasta su muerte, una gran debilidad de estómago que, amén de fuertes dolores, lo obligaba a privarse a menudo de todo alimento pues le resultaba intolerable. Añádase a esto las múltiples contrariedades, sobre todo en los comienzos de su obra, pues hasta sus colegas sacerdotes lo tildaban de orgulloso, de obrar por vanidad de ostentar el título de fundador; hasta lo consideraron loco y falto de toda prudencia (incluso su confesor y director espiritual lo abandonó). Ciertamente, considerada desde el solo espíritu humano, su acción no podía menos de sorprender y escandalizar. Pero Marcelino Champagnat era hombre de fe y de una profunda humildad. Puso toda su confianza en Dios y en María a quien llamaba Nuestra Buena Madre, y cuando – con la venia de sus superiores los Obispos – juzgaba que se trataba de la voluntad de Dios, nada ni nadie podía detenerlo.

LEGADO

En el campo educativo, Marcelino Champagnat fue un pionero pues siempre estuvo abierto a lo nuevo que fuera más eficiente. Adoptó el método simultáneo-mutuo de enseñanza, zanjando así la polémica entre el método llamado de los Hermanos (de la Salle) y el método sajón o Lancasteriano. Adoptó igualmente un nuevo método de lectura, el fonético-silábico, en remplazo del tradicional del deletreo. Introdujo la enseñanza del canto en la escuela, la educación física, la teneduría de libros y la agrimensura. Introdujo igualmente el catecismo mariano, hizo practicar la disciplina preventiva y prohibió todo castigo físico. Decía: “Para educar hay que amar” y este es el lema de los educadores Maristas en todos los países del mundo.

CANONIZACIÓN

La Iglesia Católica ha visto en Marcelino Champagnat el modelo de educador para los tiempos actuales y por ello decidió exaltarlo con la CANONIZACION de sus virtudes el 18 de Abril de 1999, fecha en la cual el Papa Juan Pablo II lo proclamó en Roma como el Santo educador ejemplo de la humanidad para nuestros tiempos. Para los colegios y obras Maristas de todo el mundo este acontecimiento fue motivo de gran regocijo y un estímulo muy grande para proseguir en la labor educativa que llevamos adelante.

Provincia Norandina

El nacimiento de la Provincia se remonta a una reunión de los Consejos Provinciales de Colombia, Ecuador y Venezuela llevada a cabo en Bogotá del 15 al 18 de abril del año 2000. En esta reunión se vio la necesidad de participar del proceso de reestructuración que todas las Provincias Maristas del mundo se encontraban adelantando. Especialmente se buscó soñar la nueva Provincia que podría nacer y se reflexionó sobre algunos aspectos que era bueno trabajar en cada unidad administrativa antes de la reestructuración definitiva. De aquí nació la conformación de una Comisión Preparatoria a la que se pidió elaborase unas “guías de reflexión” para encuentros intercomunitarios en las provincias y adelantase algunos aspectos con respecto al calendario para la reestructuración que fue aprobado allí

El proceso seguido condujo al Primer Capítulo Provincial de la nueva unidad administrativa que se denominará Provincia Norandina. Dicho Capítulo inicia el 28 de diciembre de 2002 y se clausura el 3 de enero de 2003. Acompañan el Capítulo el Hno. Sean Sammon, Superior General y el Hno. Pedro Herreros, Consejero General. El Hermano Superior General señala como fecha oficial para el inicio de la Provincia Norandina el 2 de enero de 2003 y declara al Hno. Laurentino Albalá como primer Provincial quien continúa desempeñando este servicio para un segundo trienio a partir del año 2006.

El III Capítulo Provincial de la Norandina se realizó del 12 al 16 de diciembre de 2009. El Capítulo dio posesión como Provincial al Hno. José Libardo Garzón Duque. El IV Capítulo de la Provincia se realizó del 11 al 14 de diciembre de 2012 en el cual se dio posesión al Hno. José Libardo Garzón para un segundo trienio como Provincial; además se eligió el nuevo Consejo Provincial y se elaboraron las dos grandes llamadas que quienes integramos la Provincia estamos invitados a acoger en estos años:

01. Conversión
 
Nos sentimos llamados, hermanos y laicos maristas , con la ayuda de María y Champagnat, a realizar itinerarios de conversión permanente, personal y comunitaria, a través de la vivencia de una espiritualidad encarnada, centrada en Jesús y su evangelio, que nos permita recrear nuestra opción vocacional, desde la identidad propia y la complementariedad.
 
02. Acompañamiento
 
En actitud de apertura y disponibilidad, también nos sentimos llamados a promover un modelo y un estilo de animación, gestión y gobierno, que priorice el acompañamiento de hermanos, comunidades y laicos, fortalezca el sentido provincial y garantice el seguimiento de los distintos procesos que se generen.

Hermanos Jubilares 2019

Hermanos Jubilares 20XX

Pago Electrónico Colegios Colombia

Notificaciones Judiciales

Para envío de notificaciones judiciales sírvase enviarla a la dirección:

notificacionesjudiciales@fmsnor.org